viernes, 28 de mayo de 2010

Obras viales afectan 20 distritos de Lima

viernes, 28 de mayo de 2010

En la ciudad se desarrollan al mismo tiempo ocho proyectos de gran envergadura. Limeños pasan una hora y media al día atrapados
en el caos vehicular, según ONG Luz Ámbar. Nivel de irritabilidad aumenta debido a la pérdida de tiempo, consideran expertos.


El común denominador en el panorama de muchas zonas de Lima Metropolitana, en lo que va del 2010 y por lo menos hasta el primer semestre del siguiente año, es la ejecución de grandes obras de infraestructura vial. En total están involucrados 20 distritos.

Llama la atención la coincidencia en las fechas de ejecución de los proyectos viales, pues estos —que, paradójicamente, persiguen el objetivo de cambiar el rostro a la ciudad y paliar el problema del tráfico vehicular—, por su envergadura, deben acompañarse de interminables desvíos de autos y ruidosos trabajos en avenidas principales.

En el caso de las obras más extensas, estas llegan a abarcar por lo menos tres distritos a la vez. Un ejemplo es el del tren eléctrico, que se construye en Surco, Surquillo y San Borja, pero más adelante involucrará a San Luis, La Victoria y el Cercado de Lima. O el intercambio vial Nicolás Ayllón-Nicolás Arriola, que beneficiará a Ate-Vitarte, San Luis, El Agustino y La Victoria, según Humberto Guzmán, encargado del proyecto que ejecuta la Municipalidad de Lima.

Este panorama crea una nueva rutina en los conductores y residentes vecinos a las obras, que deben utilizar los planes de desvío, lo que aumenta el tiempo para trasladarse de un lugar a otro, entre otras consecuencias.

Luis Quispe Candia, presidente de la organización especializada en transporte Luz Ámbar, explica que la realización de obras viales en Lima es necesaria; sin embargo, lo inadecuado es hacerlas al mismo tiempo —como viene ocurriendo últimamente—, pues generan malestar en la población por el aumento del tráfico.

Con esta opinión coincide el experto en transporte Juan Carlos Dextre, quien señala que dos obras importantes no deberían afectarse, como pasa con el tren eléctrico y el proyecto de la Av. Angamos-Primavera que se superponen —con sus respectivos planes de desvío— en la intersección con la Av. Aviación.

“Calculamos que la congestión vehicular hace perder a las personas una hora y media por día, además del gasto innecesario de combustible y la contaminación ambiental y sonora”, señaló Quispe Candia.

“Las congestiones generan una conducta muy habitual en nuestro país que es el uso indiscriminado del claxon. Los conductores abusan de esta herramienta y eso causa estrés”, acotó.


TRÁFICO Y TENSIÓN
Manuel Saravia, director del Instituto Guestalt de Lima, especializado en salud mental, destaca que las obras han afectado la organización del tiempo de las personas. “Cambios de este tipo incrementan los niveles de ansiedad e irritabilidad, ya que a mucha gente le cuesta reorganizar su tiempo” aclaró el psicólogo.

Las construcciones siguen adelante y no hay más opción que afrontarlas de la mejor manera. “Lo mejor es pensar que son temporales y que finalmente se harán en beneficio nuestro”, apuntó Saravia.


Fuente: el comercio.com

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